miércoles, 28 de enero de 2015







Mercerizado para hilos de algodón

Los hilados, los tejidos y géneros de punto de fibras celulósicas puras o mezclas con fibras sintéticas se someten al mercerizado o caustificado con el objeto de mejorar la calidad del textil, producir determinados artículos y también para mejorar la afinidad de los colorantes por la fibra. Si bien este proceso es en general para las fibras celulósicas, la aplicación industrial está centrada en el algodón casi exclusivamente.
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Solo en casos especiales se pueden mercerizar hilados de fibras de lino y ramio. El hilado de algodón que ha sido mercerizado, reúne características de brillo que lo diferencia del hilado sin mercerizar. Es aconsejable partir de hilados peinados y con valores de torsión y de cantidad de cabos adecuados.


Material
2 vasos metalicos de 500ml
2 mecheros
2 soportes universales
 2 anillos metalicos
1 probeta de 250 ml
1 termometro
 4 agitadores

El proceso de mercerizado
El proceso de mercerización consiste básicamente en tratar el hilado con una solución de sosa cáustica, por medio de un lavado intensivo con agua caliente, que permite bajar la concentración de álcali. Se utiliza para hilados de alta calidad obteniéndose un producto de aspecto sedoso y brillante. El hilo que va a ser mercerizado, debe estar gaseado previamente para eliminar las fibras sueltas que aparecen como pilosidad en el hilado. Estos al quedar sometidos a la acción del agente de mercerizado, se encogen formando aglomerados fibrilares en la superficie del hilo que disminuyen considerablemente el brillo del mismo.



















Influencia de la concentración de sosa cáustica
Ante todo debemos saber que el encogimiento del hilado es directamente proporcional a la concentración de soda cáustica. La relación es muy sencilla: A mayor concentración, mayor encogimiento. Pero muchos de los investigadores se preguntaron cuál sería  la concentración de mayor encogimiento y los trabajos de investigación realizados concluyeron que ese valor es 26,5ºBé para todos los tipos de hilados, aunque el valor de contracción particular depende del hilado ensayado.

Influencia de la temperatura de la sosa cáustica

La influencia de la temperatura es decisiva en el proceso. Al aumentar la temperatura, disminuye la intensidad del mercerizado. Se han obtenido los mismos resultados con soluciones más diluidas a bajas temperaturas que con soluciones más concentradas a mayor temperatura.


Influencia de las características del hilado
Los algodón de fibra más larga, son los mejores para ser mercerizados, ya que pueden ser sometidos a las tensiones requeridas, sin que exista desplazamiento de las mismas dentro del hilo. Dejando fija por un momento la variable de la longitud de fibras, y escogiendo una fibra de longitud adecuada, se analiza la incidencia de la torsión del hilado en el caustificado.
La torsión en un hilado influye en la libertad que tienen las fibras de acomodarse y orientarse en el caustificado, y ello a su vez influye en la resistencia del mismo.
A mayor torsión, menor libertad de orientación y menor resistencia. De aquí surge que los hilados que van a ser mercerizados tengan baja torsión si se desea aumentar la resistencia. Con esta premisa, se realizaron ensayos para determinar con que grado de torsión se obtenía la mayor resistencia, obteniéndose la siguiente conclusión:
“Los mayores incrementos de resistencia, del orden de 40 a 50% del hilado original, fueron obtenidos mercerizando hilados con factores de torsión entre 2,2 y 3”. Pero hay un factor adicional que se debe tener en cuenta: el retorcido. Como los hilados empleados para mercerizar están compuestos por 2 o más cabos, se estudió la influencia del retorcido llegándose a establecer la siguiente conclusión:
“Los mejores resultados de resistencia fueron obtenidos es con un bajo valor de retorcido, pero debido a que la tensión necesaria aplicar para contrarrestar el encogimiento es tan grande, que es preferible trabajar con valores de retorcido medios".
Finalmente una relación adicional fue hallada, pero para maximizar el brillo.
Esta relación surge entre los valores de torsión de los cabos simples y el del retorcido, encontrándose que el mejor brillo se logra cuando la torsión del conjunto de cabos es el 70% del valor de torsión de los cabos individuales.

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